Se despertó exhausto y excitado, tenía
una fuerte erección.Había vuelto a soñar con ella,la volvía a tener entre sus
brazos, casi la estaba obligando a besarle y ella respondía a sus caricias. Era
absurdo, no sucedería nunca, ¿por qué en sus sueños la deseaba de aquella
manera tan imperiosa? y sin embargo en el día a día...
No soportaba su forma de hablar, su intensa mirada. Para él solo era una arpía, una víbora que debía tener lejos. Por el contrario, en sus sueños, podía llegar a respirar su envenenado aroma, sentir su gélida y suave piel, su viperina mirada azul. Se increpaba así mismo solo por pensar en ella de esa forma.
No soportaba su forma de hablar, su intensa mirada. Para él solo era una arpía, una víbora que debía tener lejos. Por el contrario, en sus sueños, podía llegar a respirar su envenenado aroma, sentir su gélida y suave piel, su viperina mirada azul. Se increpaba así mismo solo por pensar en ella de esa forma.
Ahora ya despierto, la brisa de la
noche acariciaba su cuerpo desnudo, la cortina se movía ondulada por el
aire, pero él se estaba asfixiando por el deseo.